Bajo el agua dulce de un río transparente las flores reinaban, con largos filamentos en los cuales nacían miles de Antares.
Tras largos días de lluvia calida, el sol despertaba a la tierra con vapores oxigenados y todo ser vegetal resplandecía feliz.
Intensos rayos calidos, iluminaban las profundidades del río, y las flores allí abajo despertaban. Cantaban, se enredaban y asi nadaban hasta la cascada donde se bañaban las jóvenes indias. En su fervor, los Antares de estas flores expedían polen acuático, que adormecía a las estaban sumergidas. y asi las transportaban en un viaje de sensaciones. Ensueño perfumado, melodías vibraban por estas flores.
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